El odio por odio. El odio porque sí.


La situación del Medio Oriente es muy complicada. Es una guerra que me duele de ambos lados. En ningún momento defiendo la muerte y mucho menos la celebro. Es una situación de dolor que no se justifica y que de todo corazón deseo que se termine pronto por el bien de dos pueblos que están condenados a vivir juntos.

Sin embargo, me gustaría contarles algo que me pasó de cerca y que de alguna forma refleja un poquito la situación actual. Obviamente el conflicto del Medio Oriente es mucho más complicado que esto, y no voy a entrar en detalles pero puedo afirmar que todo empieza por esta palabra: odio.

Hace 3 años que vivo en Harrisburg Pensilvania, vine a hacer mi 4rta carrera en Bellas Artes y el primer semestre por ser estudiante internacional me tocó hacer un curso de Ingles para extranjeros.

El primer día de clase vi que muchos de mis compañeros eran Musulmanes, y me dio una inmensa curiosidad poder convivir con árabes. Al final de cuentas, los árabes y los judíos venimos de dos hermanos: Ismael e Isaac.

Ese día llamé a mi papá y le conté emocionada que habían arabes de diferentes paises en mi clase y me dijo: "No te emociones tanto, no vaya a ser que te rompan el corazón". También me dijo que me cuidara, que no había necesitad que dijera que era judía. ¿Se imaginan, no poder decir que son Colombianos porque los podrían discriminar?

En mi clase tenía una compañera griega llamada Maria que sabía que yo era judía. Ella tenía una estrella de David tatuada en el cuello. Ella me comentaba que le encantaba mi religión y que amaba a Israel y por eso había decidido tatuárselo en su cuerpo.

Ese mismo día una palestina vio la estrella de David de Maria y le preguntó que como podía tener algo tan asqueroso en su cuerpo; algo que representara tanta maldad. La verdad es que yo ni le di importancia, sabía que en algún momento eso se venía y no quería discutir. También se me terminó la emoción y simplemente quería pasar desapercibida. Pero la griega saltó a defender su estrella y terminó diciéndole a toda la clase lo que yo quería evitar. “No se cómo una estrella de David es algo asqueroso, pero me parece una falta de respeto con Vivi, ella es judía”. La niña palestina abrió aún más, sus grandes ojos y me dijo que no le importaba lo que yo pensaba, que si yo era judía que igual me odiaba.
¿Como podía odiarme si ni si quiera me conocía? Eso mismo le pregunté, ella me respondió que odiaba a todos los judíos y a Israel y que no tenía ningún interés en conocerme. ¿Cómo podía rechazarme si no sabía quién era yo? Finalmente yo no le había hecho nada a ella.

De ahí en adelante se me volvió una meta al menos causar una impresión diferente de quien era Vivi, porque eso soy, no solo a alguien que la pueden aborrecer sin conocer, solo porque que “SOY JUDÍA”.  Lo chistoso es que me tocó de pareja con ella todo el semestre.
Físicamente ella era hermosa, tenía unos ojos verdes grandísimos, se vestía súper bien y cada día nos descrestaba con una pañoleta diferente que cubría su cara. El resto de los Musulmanes que eran de Indonesia, Jordania, Marruecos, Arabia Saudita y Palestina, les conté que mis bisabuelos y abuelos venían de Siria, Egipto y Turquía por parte de papá, que mi papá hablaba un poco de árabe y que en mi casa no podía faltar pan árabe, humus y mil delicias de la comida del Medio Oriente.

Sé quiénes son los árabes. Finalmente, tengo parte de eso en mi sangre. Y al tratar de acercarme trataba de comparar el Judaismo y el Islamismo que son religiones monoteístas, que está prohibido el consumo de cerdo. El hebreo y el árabe vienen de la misma raíz y hay palabras parecidas como “Salam” “Shalom” (Paz) y tuve la oportunidad de aprender mucho sobre su cultura, sobre el Islam y su forma de vida, la cual admiro y me parece hermosa. Pero cada vez que salía el tema de Israel o de judíos la única palabra que sobresalía era “I HATE” “YO ODIO”.

Entiendo que Israel es un país odiado por muchos, y que la guerra es una situación de dos bandos que sufren por igual, pero no entiendo el odio por el odio. En ningún momento se me pasó esa palabra en mi cabeza. ¿Cómo los iba a odiar si no los conocía? y tampoco tenía razón para hacerlo. Opuesto a ellos, tenía ganas de poder cambiar al menos una pequeña parte de esta situación tan difícil para todos y poder convivir en paz y armonía.

Nunca pude romper esta barrera. Un día vino a clase el hermanito chiquito de 8 años de Sarah, la niña de Jordania. Al preguntarle porque no había tenido colegio me respondió que porque era el día de la independencia de Israel, y al pronunciar “Israel” escupió al piso. Eso me impactó, porque es un niño que no entiende de nada, pero es un odio sembrado y creo que ahí está el problema de todo. Que cuando se enseña a odiar, no hay vuelta atrás, ni oportunidades para que las cosas cambien de verdad.

Pero ahí no termina todo, yo trabajaba en ese entonces en el Centro de Convenciones de la universidad y ahí mismo estaba un marroquí. Nos encontramos en el trabajo y me dijo: “ahh tu eres la judía, para que sepas, yo soy musulmán”. Le extendí la mano y le dije: “pues que bien, porque yo no tengo nada contra ti y espero que podamos ser amigos”. Hasta ahí quedo la cosa.
Al otro día me lo encontré por los pasillos de la universidad y se me acercó y me dijo: ¿“sabes?, algún día te voy a matar”. El alma se me vino al piso y pensé que había oído mal. Le pregunte nuevamente: ¿“qué? No entendí lo que dijiste” y me respondió con una sonrisa: “Sí. Algún día te voy a matar”. Aun sin que el alama me volviera al cuerpo le dije que no era chistoso, que con esas palabras no se jugaba y el me respondió, que no era un chiste y que no estaba jugando.

Él siguió su camino y yo quedé paralizada y me ataqué a llorar, al punto de que terminé hiperventilada. Como que todo se había juntado, nunca nadie en mi vida me había odiado por ser judía. Me sentí realmente discriminada, aislada, segregada como si ser judía fuera lo peor que me podía pasar. Pero sobre todo, jamás me habían amenazado de muerte.

Llegué a clase y como niña chiquita se me salían las lágrimas sin poderme contener, en ese momento las niñas árabes se preocuparon y les conté lo que había pasado, sobre todo Farida que era de Arabia Saudita y la emocionaba la idea de estar en USA porque podía aprender a manejar, ya que en su país las mujeres no pueden hacerlo.

Todas empezaron a contarme como ellas se sentían discriminadas de una u otra forma. La palestina contó que una vez fue a cine con sus amigas y empezaron a patearle las sillas unas personas, hasta que ellas se pararon y salieron a quejarse, y cuando se levantaron, todo el cine empezó a aplaudir. En mi cabeza me dio asco de la gente que hizo eso y en ningún momento ni circunstancia aplaudiré a los odiadores del mundo. Otras me contaban, como siempre recibían miradas y que ellas sentían que las juzgaban por ser árabes; como si ellas fueran las culpables del 9/11. Ahí mismo les pregunté que si ellas no estaban haciendo lo mismo conmigo. Y que eso era lo que me habían hecho sentir todo el semestre.

La “amenaza” fuera molestando o no lo reporté con la seriedad que merecía y acá en Estados Unidos se toman esas cosas con prudencia. El niño vino a reclamarme que como le había hecho eso de forma muy agresiva y la cosa se subió a tal nivel, que gracias a que había gente alrededor viendo su comportamiento, pudieron tomar medidas en contra de él.

Al final del semestre le pregunté a la niña palestina que si al conocerme y al haber compartido libros, historias, hablado de comida, de mis abuelos, de zapatos y de más ¿qué si algo había cambiado en como ella me veía? Y me dijo que no! Que siempre me iba a seguir odiando. Lo ironico es que yo hasta le tenía cariño ya.

No tengo palabras para explicar lo que me produce todo esto. Sentir el odio y el resentimiento de cerca; fue y seguirá siendo muy duro, porque sé que como ella, hay miles. Y hasta que no se empiece a cultivar el perdón desde chiquitos jamás vamos a poder convivir en paz. Porque el odio es más fuerte que cualquier sentimiento. Es muy fácil odiar por odiar, sin sí siquiera darse la oportunidad de conocer al otro. Así jamás podremos llegar a convivir juntos en paz.

Sin embargo, puedo rescatar a Farida, una hermosa Musulmana con la cual tomo café todavía, hablamos, nos adoramos y creamos una amistad real sin juzgar ni discriminar y mucho menos aborrecer al otro. Nos queremos porque nos pudimos conocer y creo que pese a toda esta situación difícil que me pasó, Farida es la representación de la esperanza, porque todavía hay corazones que quieren llegar a vivir en paz y armonía. Y ella para mi es y será una fuerte señal de que todavía se puede aprender a querer al “otro” sin odiarlo primero.


Atentamente
Una Orgullosamente Judía


11 comentarios:

  1. Espectacular vecinita. Deberias de traducirlo al Inglés

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    1. Si... Debería escribirlo en ingles, pero primero me va a tocar pulirlo en español :) Gracias por haberte tomado el tiempo de leerlo.. un abrazo Vecinito!

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  2. :) gracias por leerme ... Tenía que compartirlo!

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  3. Se te tiene el pulidor de español... ¡picos, monita...! ;)

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    1. picos con una cachetada no son agradables! cuando quiera acepto cualquier corrección! Pero cuando uno quiere ver siempre lo malo... pues alla el otro!

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  4. Excelente. Odio por odio pero lo triste es el negocio del odio que empobrece los pueblos y roba vidas. Lo bueno ya estas rompiendo estos ciclos de odio.

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    1. Yo y muchos de los mios! pero que pasa del otro lado? la cosa lastimosamente no es tan facil...

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  5. Y lo peor de todo, es que ese odio infundado tambien lo aplican varios/muchos judios y gente de Israel. Lamentable que el mundo esté lleno de gente extremista en cada bando, pais, ideologia, religion. Muy triste lo que te pasó.

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    1. Extremos hay en todas partes! que me dices ahora de lo que está pasando con los ISIS en Iraq y Siria? con la matanza de cristianos en manos de musulmanes fanáticos? Con los que echan acido a mujeres en nuestro país? Malos siempre hay, de todos los colores, sabores, razas, generos y de mas.... Asi que si... obvio que hay extremos! pero no se puede generalizar! mi post es sobre MI PROPIA EXPERIENCIA! es sobre algo que me pasó a mi ... pero eso no quiere decir que todos los Musulmanes sean así y muestra de ello es Farida!.... Asi como judía! yo tampoco odio a nadie! pese a la situación tan horrible que viví ese semestre!

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