LA SUPUESTA HISTORIA DE LOS JUDÍOS ETÍOPES



El tema sobre los judíos Etíopes es poco investigado y conocido, pero de suma importancia para el conocimiento general y sobre todo para la historia del pueblo judío. Sin embargo, Existen mínimas evidencias sobre su historia y lo poco que se sabe sobre ellos, es a través de leyendas y una tradición oral que ha sido apropiada de infinitas conjeturas.
El Judaísmo que practicaban los etíopes era basado en la Tora, pero no incluía  las posteriores leyes rabínicas ni sus comentarios. No obstante, en el siglo XVI, Radba, Rabino egipcio, reconoció los vínculos de esa judería etíope, ya que tenían bastantes prácticas religiosas.

Se les llama Beta Israel a los etíopes exiliados o emigrados, este nombre se les dio a los judíos nativos de Abisinia. Ellos mismos se hacían llamar con el nombre de “Beit Israel” (casa de Israel), aunque con el nombre con el que cotidianamente se les reconocía era el de “Falashas” denominados en varias ocasiones como “los judíos negros de Etiopia”[1],  “extraños” o “los hijos perdidos de Israel”.  Ellos son un grupo étnico con fuertes mezclas africanas, cuyos orígenes se ocultan en el misterio. 

Uno de los descubridores de este grupo de judíos perdidos afro descendientes fue el francés Joseph Halevy, quien visitó las provincias occidentales del país en 1868; mientas que los Falashas pensaban que ellos eran los únicos descendientes de los patriarcas. La leyenda Abisinia afirmaba que se trataba de judíos cuyos antepasados abandonaron Palestina junto con Menlik, hijo del rey Salomón y la reina de Saba.

La tradición que se les atribuye a los Falashas venia, de que observan minuciosamente los preceptos bíblicos. Su religión o forma de vida, era un monoteísmo estricto, preservaban el día sábado, se guiaban por el calendario lunar, y sus aldeas estaban separadas de  los  otros Abisinios y no permitían la entrada a nadie que no formara parte de su comunidad. Pero además guardaban uno de los preceptos más importantes y que es el de la circuncisión (Milá). Y por ello fueron percibidos como poseedores de una identidad judía firme a pesar de que sus prácticas religiosas eran vistas como inocentes pero auténticas

En el antiguo testamento hace alusión a los sabeos como originarios de Saba o Sheba, y una de las citas más relevantes es la relacionada con la visita de la reina de Saba al rey Salomón.
Salomón (970-936 a. c.) rey de Israel e hijo de David y Betsabé, tenía excelentes relaciones políticas y económicas con sus vecinos, y gracias a sus riquezas construyó el primer templo. Además de ser reconocido por el cantar de los cantares y algunos salmos.

El rey Salomón era famoso y admirado por su sabiduría, y según cuentan las leyendas, la reina de Saba tenía gran curiosidad de conocer al rey, así que ella muy valiente emprendió un viaje con todas sus riquezas a Jerusalém para retar por medio de enigmas a Salomón.
El encuentro de Saba con Salomón no se limitó solamente a resolver enigmas, sino el contacto entre ellos resultó en un romance que trajo al mundo a Menelik I, el cual fundo la dinastía Salomónica de Abisinia.
La reina al saber de su embarazo se fue de  Jerusalém,  pero veinte años después Menelik regresó para conocer a su padre, quien le abrió las puertas de su reino  y lo convirtió al judaísmo. Cuentan, que los ancianos del pueblo le exigieron al rey que enviara a su hijo a Etiopia. Y de ahí viene la leyenda de que Melenik llevo las costumbres y la forma de vida del judaísmo y creó una comunidad judía los cuales llegaron a llamarse Bet Israel.

Muchos filósofos, historiadores, antropólogos y rabinos han buscado la explicación que más se acerque a la verdad, pero dada la continua mención de la reina de Saba y el Rey Salomón en donde su hijo termina siendo el que crea una generación, de tradición judía y que hasta hoy en día son conscientes de su religión y sus prácticas a pesar que son una cultura antigua que solo hasta hace algunos años fueron descubiertos.
Lo más notable acerca de los Bet Israel es el hecho de que estuvieran separados por más de 2400 años, y aunque su práctica era más cercana al judaísmo bíblico, que  al talmúdico lograron mantener vivas sus costumbres las cuales los ayudaron a ser reconocidos como judíos y terminaron en Israel: la tierra donde siempre pertenecieron.

Bibliografia
J. Halevy. La Dialéctica de los Falashas.
Enciclopedia  Judaica Castellana, Tomo, Egipto. (Editorial enciclopedia Judaica castellana, S de R. L. México, D. F 1949)
Leon Dujovne, Manases Konstantynowsky, Moisés Konostantynowskt. “La Biblia”, versión castellana. Ediciones Sigal, Buenos Aires, República Argentina. 1982
Max Wurmbrandt y Cecil Roth. “El Pueblo Judío 4000 años de Historia”. Editorial Aurora Tel Aviv 1978.
James Bruce. “Viajes de las Fuentes del Nilo”.
Haim Rosen. “Ethiopian Jews: an historical sketch. Research and planning, ministry of absorption”. Jerusalem. Israel. Israel journal of medical Sciences. Vol 27, 1991
Natan Alpert: The ancient origins of Ethiopian Jewry. Jerusalem, test 6 1991, Israel.
David Horovitz: Voyage of the lost Ark, the Jerusalem report. May 21, 1992.
Frederick C. Gamst: “The Qemant a Pagan” – Hebraic peasantry of Ethiopia, general.




[1] Gamst. G Frederick. The Qemant, a pagan Hebraic peasantry of Ethiopia. Standford University. General Editors George and luis plindler. Pag 4.

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